SERMON 25 Los frutos de la verdadera fe (Mateo 7:15-23)
Tema:
Los frutos de la verdadera fe (Mateo 7:15-23)
Exégesis del texto
El extracto de Mateo 7:15-23 aborda la importancia de los frutos de la
verdadera fe. Jesús comienza advirtiendo sobre los falsos profetas que se
disfrazan de ovejas, pero en realidad son lobos rapaces. Nos advierte sobre
la necesidad de discernir estos engaños espirituales. La verdadera fe se
caracteriza por frutos genuinos que reflejan el carácter de Cristo. Jesús
compara la fe genuina con un buen árbol que produce buenos frutos y la fe
falsa con un árbol malo que produce malos frutos. Destaca que el árbol es
conocido por sus frutos. Sin embargo, muchos le dirán aquel día: "Señor,
Señor", pero Jesús declarará que nunca los conoció, porque practicaron
iniquidad. Estos versículos enfatizan que la verdadera fe no es solo una
profesión verbal, sino una relación transformadora con Dios que se
manifiesta en acciones justas. Es fundamental comprender que la verdadera
fe no se basa en obras, sino que las obras son el resultado natural de la fe
genuina. Por lo tanto, este texto nos desafía a examinar nuestras vidas en
busca de frutos que demuestren nuestra verdadera fe en Cristo.
Introducción
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy exploraremos un pasaje vital
de la Palabra de Dios que nos lleva a reflexionar sobre los frutos de la
verdadera fe. En Mateo 7:15-23, Jesús nos advierte sobre la presencia de
falsos profetas que se disfrazan de ovejas, pero en realidad son lobos rapaces.
El mensaje esencial de este texto es que la verdadera fe produce frutos
genuinos. Nuestra fe no debe ser sólo una profesión de boca, sino una
transformación que se manifiesta en nuestras acciones.
Jesús usa la metáfora de los árboles y sus frutos para enseñarnos sobre el
discernimiento espiritual. Hoy exploraremos cinco aspectos cruciales
relacionados con los frutos de la verdadera fe. Primero, abordaremos la
advertencia de Jesús sobre los falsos profetas. A continuación, examinaremos
la importancia de que el árbol sea conocido por sus frutos. Después
reflexionaremos sobre la necesidad del discernimiento espiritual.
Continuaremos considerando la relación entre fe y obras, y finalmente,
resaltaremos la diferencia entre una mera profesión de fe y una verdadera
relación con Dios. Que el Espíritu Santo nos guíe mientras profundizamos
en este pasaje y nos desafíe a evaluar la autenticidad de nuestra fe por el fruto
que damos en nuestra vida diaria.
Desarrollo del sermón:
I. Advertencia sobre los falsos profetas (Mateo 7:15-16a)
Lobos disfrazados de ovejas: explorando la descripción de Jesús de los falsos
profetas que se disfrazan.
Referencia Bíblica: 2 Corintios 11:14 - "Y no es extraño, porque el mismo
Satanás se disfraza de ángel de luz".
La necesidad de discernimiento: Destacar la importancia de discernir entre
lo genuino y lo falso.
Referencia Bíblica: 1 Juan 4:1 - "Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido
por el mundo".
II. Árboles conocidos por sus frutos (Mateo 7:16b-18)
a) La analogía de los árboles y los frutos: cómo esta metáfora ilustra la
relación entre la fe y los frutos.
b) Referencia Bíblica: Gálatas 5:22-23 - "Pero el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, mansedumbre,
dominio propio".
c) Árboles buenos y malos: Explorando las características de los árboles
buenos y malos.
d) Referencia Bíblica: Mateo 12:33 - "O hacen bueno el árbol y buenos
sus frutos, o hacen malo el árbol y malos sus frutos; porque por sus
frutos se conoce el árbol".
III. Discernimiento espiritual (Mateo 7:20)
a) La importancia del discernimiento: por qué Jesús enfatiza el
discernimiento espiritual.
b) Referencia Bíblica: 1 Tesalonicenses 5:21 - "Examinadlo todo.
Aferraos a lo bueno".
c) Buscando el Espíritu de Dios: Cómo podemos buscar el discernimiento
del Espíritu Santo.
d) Referencia Bíblica: Juan 16:13 - "Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda la verdad..."
IV. Fe y Obras (Mateo 7:21-23)
a) No todos los que dicen "Señor, Señor" (Mateo 7:21-22): Explorando la
diferencia entre una profesión de fe y una verdadera relación con
Cristo.
b) Referencia Bíblica: Santiago 2:17 - "Así también la fe, si no tiene obras,
en sí misma está muerta".
c) La necesidad de la obediencia: cómo la obediencia a Dios es una
manifestación de la fe verdadera.
d) Referencia Bíblica: Juan 14:15 - "Si me amáis, guardaréis mis
mandamientos".
e) El Juicio de Cristo (Mateo 7:23): Considerando el impacto eterno de la
fe falsa.
f) Referencia Bíblica: Apocalipsis 20:12 - "Vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie delante del trono".
Conclusión
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, al completar nuestro viaje a través
de las palabras de Jesús sobre los frutos de la verdadera fe en Mateo 7:15-23,
nos enfrentamos a una verdad profunda que cambia la vida. Jesús nos advirtió
sobre los falsos profetas que se disfrazan y nos retó a discernir la verdadera
fe por los frutos que produce. La advertencia sobre los falsos profetas nos
recuerda la importancia del discernimiento espiritual en un mundo lleno de
engaños. Debemos examinar cuidadosamente los mensajes que escuchamos
a la luz de la Palabra de Dios. La analogía de los árboles y sus frutos nos
enseña que la verdadera fe se reconoce por sus manifestaciones prácticas.
Los frutos del Espíritu Santo, como el amor, el gozo, la paz y la bondad,
deben ser evidentes en nuestras vidas. Además, Jesús nos recuerda que no
toda profesión de fe es genuina. La verdadera fe se traduce en obediencia a
Dios y una relación transformadora con Él. Es importante que nuestras
palabras y acciones reflejen la fe que profesamos. Finalmente, el juicio de
Cristo mencionado en el texto nos recuerda que un día todos seremos
responsables ante Él. La fe falsa no resistirá la prueba del tiempo, pero la fe
verdadera nos llevará a la presencia de Dios. Hoy invito a cada uno de ustedes
a examinar su propia fe a la luz de estas enseñanzas. Que busquemos la
verdadera fe que produzca frutos de justicia, amor y obediencia a Dios. Que
nuestra relación con Cristo sea tan profunda y genuina que podamos escuchar
sus palabras: "Bien, buen siervo y fiel" (Mateo 25:21). Que nuestras vidas
sean testimonios vivos de los frutos de la verdadera fe.
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